Los integrantes del Movimiento Ríos Vivos y líderes de las comunidades afectadas por el Megaproyecto Hidroeléctrica Hidroituango, hicieron desde hace más de un año lo que estaba al alcance de sus manos para evitar que las amenazas contra sus vidas se hicieran realidad. A pesar de la solicitud que hicieron desde el 24 de septiembre de 2012 para tomar medidas contra los desalojos forzados, abuso de fuerza, amenazas y demás, el gobierno no ha respondido a su llamado.
Hoy, La consecuencia de
esta desatención es un hombre asesinado. Nelson Giraldo, de 31 años,
oriundo del municipio de Ituango, barequero de profesión, perdió
su vida luchando por lo que siempre fue de él. El río.
Es bastante lamentable la
pérdida, ya que esto no solo ha sido un fuerte golpe para su
familia, sino para todo un Movimiento, para toda una comunidad.
Nelson, quien tenía a su cargo más de 50 personas del municipio de
Ituango, se encontraba en la zona ya que las condiciones en Medellín,
en donde llevan más de 6 meses, no son buenas y ellos quieren
retornar a sus lugares de origen para poder seguir con su vida y con
su cultura barequera. Es claro que las garantías de retorno no están
dadas. A Nelson lo asesinaron y ninguna de las entidades encargadas
de la protección de los campesinos ha dado respuesta.
La falta de respuesta en
el proceso de solicitud de medidas de protección, llevó a los
solicitantes a entablar una acción de tutela el 24 de agosto del año
en curso en la que se le exigía a entes oficiales como la
Gobernación
de Antioquia, la Procuraduría, el Ministerio de Defensa y la Unidad
de Protección,
a
que
tomaran medidas e hicieran planes concretos en
cada una de sus áreas para la protección de la comunidad.
El Tribunal Superior de
Medellín falló a favor del Movimiento Ríos Vivos y el 9 de
septiembre pasado ordenó a las instituciones tomar las medidas
pertinentes. A pesar de esto, a Nelson lo mataron en la orilla del
río y hoy se desconoce quienes fueron los autores de este hecho,
pero se espera que no quede en la impunidad.
Hay un pensamiento
generalizado, la muerte de este hombre se pudo haber evitado si el
Estado y, dentro de él, los entes encargados de su buen
funcionamiento hubieran hecho lo que tenían que hacer, velar por la
ciudadanía, proteger a las comunidades, defender la libertad de las
personas. A cambio de esto, EPM los desplaza de su territorio, los
aleja de su río por el que literalmente corre sangre y los convierte
en habitantes de una ciudad de la que no se sienten parte. Dentro de
unos muros que no les permiten vivir como a ellos les gusta, como lo
han decidido, como lo saben hacer.
Pero a pesar todas las
acciones represivas contra el movimiento, la lucha continúa, algunos
campesinos se desplazaron hacia Ituango para acompañar a su
compañero y amigo asesinado y así no permitir que esta pérdida sea
en vano.
Al final se espera una
respuesta y protección del gobierno que tal vez nunca llegará,
Pareciera que este se hace el de la vista gorda con estos
acontecimientos, y es que entre menos gente hable, entre menos gente
proteste, mejor.
Colectivo Desde el 12
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