Las importaciones chinas continúan rasgando la economía nacional .

Las importaciones chinas continúan rasgando la economía nacional 

Por: Juan Raúl Muñoz

La mayoría de los locales comerciales de la Carrera Palacé, en pleno centro de Medellín, cerraron sus puertas para unirse a Cúcuta, Cali, Pasto, Ipiales, Pereira y Bogotá, a  la marcha de la Industria del calzado y confecciones (principalmente en cuero). El pasado 6 de junio, a partir de las ocho de la mañana, miles de ciudadanos se desplazaron desde sus lugares de trabajo hasta el Centro Administrativo la Alpujarra, protestando contra los 70 millones de pares de zapatos chinos que llegan legalmente al país (sin tener en cuenta el contrabando)  a precios excesivamente bajos, generando así mayor desempleo dentro del gremio.

Jhon Jairo Muñoz, propietario de Pegantes Skool y uno de los impulsadores del evento, sostiene que  “entre 100 y 150 mil empleos directos se han perdido en Colombia debido al calzado chino”. Además, solicita que las multinacionales  tengan consideración e inviertan más en el producto nacional, mostrando en sus vitrinas y vendiendo en sus almacenes un mayor número de artículos colombianos, para así competir en igualdad de condiciones.

Pero no se puede obviar que el 80 por ciento de trabajadores que hacen parte de la industria,  son informales, maquilas y artesanos, quienes al día de hoy, dan un registro de deserción de entre el 60 y 70 por ciento, debido a las pocas garantías y a la competencia desleal.

Muñoz, espera que haya una regulación en el país como la hay en México, donde los almacenes deben tener en sus vitrinas un 50 por ciento de calzado nacional, mientras que en Colombia a duras penas llega al 5 por ciento.

Además, quienes trabajan a diario con piel animal, no ven con buenos ojos el Tratado de Libre Comercio (TLC), pues los costosos aranceles de importación, el alto precio de exportación y la falta de acompañamiento gubernamental son más que motivos para salir a las calles a protestar.

La industria pide soluciones pacíficas a través del dialogo, y que los compradores también sean conscientes y prefieran la calidad por encima del desempleo y de los bajos costos. 

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