sábado, 15 de octubre de 2011

¿QUÉ PIENSAN LOS ESTUDIANTES DE LAS REGIONES?


¿Y entonces cual es la posición de los estudiantes de las regiones de la U de A frente a la problemática que propone la reforma de la ley 30? ¿Cuáles son nuestros requerimientos a la hora de estudiar la modificación en la autonomía, democracia y financiación de nuestra Alma Mater?, ¿Qué postura nos acompaña cuando a fuerza nos meten la idea de entender la universidad a partir de modelos mercantilistas? ¿Qué sabemos de los que tiene acceso a la educación y para quién está pensada la reforma? ¿Aceptamos que haya ánimo de lucro (porque aunque el ítem ya se quito de la reforma solo es un distractor al debate) y no haya calidad? ¿Sabemos que la universidad se flexibiliza de tal manera que deja entrar actores privados a la educación? ¿Qué pensamos de los discursos empresariales que nos venden una idea de ser humano que sólo se realiza cuando ingresa al mundo laboral? ¿Por qué en la nueva reforma desaparece la participación del Consejo Académico y por ende su direccionamiento? ¿Sabemos cuáles son los requerimientos mínimos que los universitarios estamos pidiendo? ¿Qué sabemos del PARO NACIONAL? ¿Dónde están los artistas, los sociólogos, los filósofos, los músicos, los bohemios, los poetas, los escritores, los psicólogos, los historiadores y todos aquellos estudiantes de carreras maravillosas, que construyen cultura, ciudad y humanidad y que para el gobierno no son útiles porque no producen una rentabilidad inmediata? ¿Apoyamos o nos negamos profundamente a la segregación y a la poca equidad en cuanto acceso que nos muestra la reforma? ¿Y al final entonces que, la educación es un derecho o un privilegio? ¿La educación es un servicio, un bien público y social o un beneficio?

Compañeros, la Universidad de Antioquia y en general todas las universidades públicas del país estamos en una crisis que necesitamos enfrentar. Y digo que “estamos” porque los estudiantes de las seccionales no somos unos exiliados de la universidad pública, hacemos parte de ella y como componente fundamental, necesitamos tener una participación activa en la toma de decisiones, no podemos seguir siendo unos sujetos pacientes e indiferentes en espera a que “los mesías” hablen por nosotros y nos solucionen el problema que indudablemente también nos involucra. ¿O es que en realidad eso es lo que somos, unos entes regidos y subyugados por la burocracia administrativa, que no nos interesa nada de lo que pasa porque pensamos que no nos toca o que nuestros principios no nos permiten ser un poquito más reflexivos y analíticos ante la situación actual?

Yo creo en los estudiantes de regionalización y personalmente pienso que podemos formar excelentes mesas de trabajo y de discusión, porque tenemos mucho potencial intelectual, pero creo también que tenemos miedo a faltarle al sistema que nos ha regido y que nos regirá y que además nos desnaturalizará, y con esos prejuicios no podemos llegar a resultados que valgan la pena. 

Movilicémonos compañeros, unámonos a la causa, seamos libres y gocemos del inefable derecho a educarnos y a saber. La educación no puede entrar a discutirse en una lógica de mercado y no puede ser un beneficio de unos pocos. Debemos luchar por una educación gratuita, digna e igualitaria, donde todos y cada uno de los colombianos gritemos y vociferemos a favor del conocimiento y no de la producción y donde dejemos de pensar al sujeto en una dimensión rentable.

Lo que estamos perdiendo no solo es nuestras universidades públicas, estamos también abandonando nuestro compromiso histórico al no entender que varias generaciones atrás también lucharon por una educación de calidad donde todos tuvieran cabida. La estandarización de contenido, pero sobretodo considerar la educación no como un fin social sino como un mecanismo donde se imponen las leyes propias de mercado lleva a la universidad pública a una desnaturalización y pérdida de autonomía. 

Esto no es un llamado a una revolución sin sentido, sin pies y sin cabeza, como se que algunos dirán, es más una invitación a que nos documentemos y estudiemos la importancia de saber cómo es que nos afecta la reforma. Entendamos que nuestro paso por la universidad no sólo es ir a adquirir conocimiento técnico y ser mercancía cognitiva. Es importante y necesario sobrepasar los lineamientos que nos quieren mostrar e ir más allá a combatir la idea de “una empresa llamada universidad para una mercancía llamada educación superior” y concientizarnos de que no es una reforma, es una nueva ley. Necesitamos un modelo educativo acorde a las necesidades del país.
Entendamos que la reforma, nos deforma.



Leidy Cardona
Licenciatura en Ciencias Naturales
Seccional Oriente

1 Comments:

Anónimo dijo...

en la seccional oriente, estamos en pie de lucha acogidos al para nacional!!!organizando y construyendo!!!

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