Van ya 44 años que los
recordamos, que lo vivimos, que lo practicamos, en ocasiones con éxito, en
otras no tanto, pero al fin siempre está el ahí, guiando con su camino dialéctico, nuestro pensar y nuestro actuar.

Sera tal vez necesaria su
resurrección, pero en nuestros seres, para así lograr por fin la libertad de
los pueblos, su mayor enseñanza nos deja claro que la revolución comienza por
sí mismo. No siguiendo reyes y dogmas, sino interpretando la realidad, la
memoria histórica y criticando la existencia para reflexionar y hacer una
armonía entre práctica y teoría.
No es mi intención idealizarlo,
alabarlo o santificarlo, solo que su corazón hace imposible su olvido, su
tenacidad, su ejemplo y sus valores construyen en si una meta a alcanzar y
ojala a superar.
Y como lo decía Mario Benedetti:
pero habrá otros, claro que habrá otros, dignos de recibirte comandante.
Hasta siempre
comandante, con tu palabra, tu corazón y tu fusil construiste libertad.
Descansa que otros
seguirán al fragor de la lucha.
¡¡¡Ernesto Guevara
Presente!!!
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